Beneficios De Tu Huerto |

Cada vez oímos más hablar de los Huertos Urbanos, son espacios destinados al cultivo de verduras y hortalizas, plantas aromáticas, hierbas medicinales, árboles frutales… a escala doméstica. Pero… ¿qué beneficios tiene esta forma de cultivar tu comida? Eso venimos hoy a explicar.

Tener un pequeño huerto es una manera de poder cultivar nuestros alimentos ecológicos de una forma más sostenible, con beneficios para nosotros , evitando los problemas que ocasiona la agricultura intensiva o industrial y cuidando así del medio ambiente. Esto nos haría comer de una manera sana y sostenible.

Puede ser un pequeño jardín, un balcón, una terraza o simplemente unas macetas en un lugar de casa que reciba mucha luz. También algunos ayuntamientos ceden terrenos para poder ser utilizados como huertos urbanos por los vecinos.

El tener un Huerto Urbano, nos aporta una serie de beneficios:

Fomenta el movimiento al aire libre. El sembrar, regar o recoger los alimentos implica movimiento. Este movimiento nos ayudará a reducir los problemas de obesidad debidos al sedentarismo. El estar al aire libre bajo el sol nos ayudará a aumentar nuestros niveles de vitamina D. Esta vitamina es muy importante para el correcto funcionamiento del sistema inmune y en general es deficitaria en la población.

Reduce el estrés. Existen muchos estudios como los realizados por la Universidad de California (San Francisco, EEUU) que demuestran que las actividades al aire libre favorecen la disminución del estrés. El tocar la tierra u observar cómo crecen los cultivos resulta relajante. Los niños también estarán distraídos y más relajados jugando en el huerto. Hay una mayor satisfacción personal al poder comer lo que nosotros mismos hemos cultivado. Esto puede ser visto como una recompensa.

Educativo. Podemos trabajar la huerta con nuestros niños y explicarles todo el proceso desde la semilla hasta su plato. Nos servirá para intentar aumentar su consumo, muchas veces al haberlo cultivado ellos se animan a probarlo.
Compartir tiempo en familia, con amigos.. en lugar de realizar otras actividades más sedentarias. Aprendemos a cultiva la paciencia, esperando a que broten las semillas o maduren los tomates, también aprendemos a superar contratiempos cuando algo no va bien en el huerto y buscamos soluciones.
Nos permite observar la naturaleza, es sorprendente la de insectos, mariposas, mariquitas, pájaros, caracoles… que acudirán a la huerta y harán disfrutar a nuestros hijos.
Producción local de alimentos. Esto reduce nuestros desplazamientos a los supermercados y el transporte, muchas veces de miles de kilómetros que sufren los alimentos, minimizándose así el consumo de carburantes muy contaminantes. Los alimentos madurarán en la planta y se recogerán en su momento óptimo, sin pasar por cámaras. Se emplean también muchos menos plásticos ya que no es necesario envasar los alimentos, del huerto pasarán directamente a la cocina.
Se cultivarán productos de temporada, esto supone un menor consumo de agua y un menor impacto para nuestro planeta. No es necesario comer fresas en pleno invierno para llevar una alimentación equilibrada, las comeremos en temporada, cuando la huerta nos las ofrece.
Se generan menos desperdicios. Nadie quiere que se estropee el tomate que con tanto cariño ha cultivado. Se han realizado estudios que demuestran que se tiene un mayor control sobre los alimentos que se tienen en casa y los que se necesitan. Se ajustan los menús a lo que disponemos, como hacían siempre nuestros abuelos.

Además muchos de los desperdicios se pueden echar a la compostadora y realizar nuestro propio compost.

Si nos decidimos por cultivo bio conseguiremos alimentos frescos, sanos y sin pesticidas; muy beneficiosos para nuestra salud.
Favorece el acceso a mayor cantidad de alimentos sanos a colectivos con bajos recursos.
Aumentaremos las zonas verdes de nuestra ciudad.
Podemos conservar nuestras propias semillas de año en año, lo que también supondrá un ahorro.